Los responsables de equipos con los que trabajamos reconocen dedicar más del 50% de su tiempo a resolver conflictos, de mayor o menor consideración. Con un buen aprendizaje de técnicas y recursos este tiempo se reduce sustancialmente.
Los conflictos generan tensión, agotamiento y crispación cuando no se afrontan o se afrontan reactivamente y no se les da solución. En estas situaciones aparecen el malestar emocional, el estrés y la frustración.
Durante el taller abordaremos la necesidad de prevenir situaciones conflictivas y gestionarlas debidamente para evitar que se enquisten o que se hagan más graves. Obtendremos herramientas para pasar de la crispación a la calma y mantener relaciones saludables.
Metodología: práctica, aplicada, reflexiva, innovadora y relacional.